Con la llegada de Internet a nuestras vidas muchas cosas han cambiado, entre ellas la forma de hacer marketing y publicidad.

La proliferación de los blogs, canales de Youtube y redes sociales generan gran cantidad de información. Y de la mano de la creación de estos contenidos, surgieron las consultas en los buscadores.

Si bien el marketing tradicional se valía de encuestas y otros estudios para conocer el perfil del público objetivo de cada empresa, las consultas en Google nos permiten obtener una imagen más definida: quién compra (hombres o mujeres, edad, etc), en qué momento compran, qué información buscan antes de comprar o incluso el tipo de lenguaje que emplean para buscar. Hacer un estudio de las palabras clave es una es una magnífica manera de conocer a nuestros usuarios y la forma de la demanda.

Pero, ¿cuál es la principal diferencia entre el marketing tradicional y el marketing digital? Sin duda, el SEO. No es suficiente con estar en Internet, sino que además tienes que estar visible. Lo que significa que tienes que aparecer en la primera página de los resultados de búsqueda de Google.

No en vano, las empresas invierten infinidad de recursos para aparecer en las primeras posiciones del buscador estrella. Y es que, buena parte del tráfico que genera un buen posicionamiento a menudo termina convirtiéndose en ventas u otro tipo de conversiones.

Otro factor que influye en las estrategias de marketing es la información de la que dispone el usuario. El nuevo usuario está muy informado, es muy crítico y sabe muy bien lo que quiere. El consumidor está cada vez más al tanto de las novedades, conoce mejor los productos y servicios que contrata. A través de foros, opiniones de otros usuarios, reseñas en blogs o en canales de YouTube, las personas conforman una opinión clara de lo que van a comprar antes de ir a la tienda.

Además, los nuevos usuarios ya no creen en las marcas, no les interesa su discurso. Esto ha hecho que surjan en el mercado los influencers y los embajadores de marca. Personas reales y creíbles que dan su testimonio sobre un producto o servicio.

Por otro lado, la aparición de las redes sociales supone un antes y un después en la historia del marketing y de la comunicación en general. Las empresas están más expuestas que nunca, pero también tienen la oportunidad de comunicarse directamente con sus clientes reales o potenciales, de desarrollar una escucha activa y ajustar sus acciones.

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